lunes, 23 de junio de 2014

Chevy Bel Air 409 1960


Si lo que estás buscando es un coupé sesentero americano, es muy probable que el Chevrolet Bel Air sea una de las opciones más interesantes que te podrías encontrar. En plena guerra de fabricantes por construir motores de mayor cilindrada, compresión y carburadores, lo cual redundaba en una potencia descomunal, el Bel Air de nuestra historia con su motor V8 409-cu-inch (6.7 litros) se presentaba en los años 60 como uno de los más espectaculares con más de 400 CV de potencia.


Pero la exclusividad de este Chevy Bel Air de los 60 va mucho más allá. Se trata de uno de los pocos que se construiría con carrocería de dos puertas sin pilar B. Además cuenta con una preparación exclusiva mecánica y de fábrica que incluye dos carburadores Carter AFB y el cigüeñal y la distribución completamente reconstruidos. Aún hay más, este ejemplar también fue dotado del acabado de carrocería aligerado en aluminio que se extendía en defensas, parrilla y marco de las ventanillas.

Pero lo mejor está aún por llegar. Y es que este fantástico Chevy Bel Air apenas ha recorrido 900 kilómetros (574 millas). Por lo que podría decirse que es un auténtico kilómetro 0 de los años 60.


En el interior se antoja espartano, y no precisamente por que en aquella época no existiesen extras como la radio o un sistema de calefacción y ventilación; sino por que para añadir más valor a la pieza, este Chevrolet Bel Air prescindió radio alguna de serie con el objetivo de aligerar hasta el último gramo posible.


Se desconoce a ciencia cierta la vida anterior de este Chevy Bel Air 409, tras haber pasado más de 50 años desde que saliera de la fábrica de Arlington (Texas). Lo único seguro es que probablemente en sus más de 1.000 kilómetros haya tenido ocasión de disfrutar de una vida de lo más intensa. A fin de cuentas una preparación de este calibre dotada además de neumáticos slick de competición, nos hace intuir que sus 574 millas podrían no haberse recorrido a ritmo tranquilo y en una autopista.

Plymouth XNR: así imaginaban el deportivo del futuro en los 60


Tras la Segunda Guerra Mundial la industria del automóvil comenzó a explorar la estética del automóvil del futuro con prototipos de diseño aerodinámico inspirado en los aviones de combate y detalles sorprendentes y llamativos como grandes alerones, carrocerías extremadamente alargadas o incluso diseños asimétricos como en el caso del Plymouth XNR Concept presentado en el año 1960 y del que os queremos hablar en esta ocasión.

Lo que ven en estas fotografías es un Plymouth XNR Concept de 1960. Tres años antes se iniciaban los primeros bocetos y más tarde la primera maqueta en barro de un impresionante deportivo inspirado en las flechas de plata, que se subastará próximamente en forma de prototipo completamente funcional y restaurado para hacer las delicias de cualquier amante de las cuatro ruedas que pueda permitírselo. Pero tan sorprendente como su diseño es el hecho de que durante prácticamente cinco décadas, este prototipo haya vagado de garaje en garaje y pasando por las manos de numerosos coleccionistas de Oriente Mediocautivados por su estética para regresar medio siglo después a Estados Unidos restaurado y completamente funcional.


El detalle más llamativo del Plymouth XNR Concept es su diseño aerodinámico con un espacio para el piloto escorado a la izquierda de la carrocería, en un lugar dominante y flanqueado por toda una serie de elementos destinados a reducir el rozamiento con el aire como la aleta dorsal que se prolonga hasta la zaga. En la parte delantera llama la atención su parrilla enrejillada que cubre todo el área frontal con dos grupos de faros dobles que también pretenden asemejarse a los de un avión.


Aunque a priori parezca que estamos ante un deportivo de carreras monoplaza, tras la tapa que se aprecia en el lado derecho se esconde un asiento para un acompañante situado unos centímetros por debajo del conductor y protegido con un pequeño parabrisas abatible. El habitáculo cuenta con una guantera pequeña, un cuadro de mandos de diseño aeroespacial vintage, volante forrado de madera y asientos tapizados en piel.


Este deportivo único e irrepetible, cuenta con un motor de seis cilindros y 250 CV asociado a un cambio manual de tres velocidades.


Durante todos estos años se cree que el Plymouth XNR Concept ha permanecido en Oriente Medio, con ilustres propietarios en Kuwait, Líbano o incluso el último emperador iraní. Poco después de su presentación el Plymouth XNR Concept regresó al taller de Carrozzeria Ghia en Italia en el que se construyó, hasta que el prototipo fue vendido a un suizo y más tarde acabó en las manos de un collecionista iraní que resultó ser Mohammad Reza Pahlevi, el Sha de Persia.

¿No os parece sublime el sabor y el aspecto del futurismo vintage de mediados de siglo y la visión del futuro de nuestros ancestros?

Mercedes-Benz 540 K, podria convertirse en el coche subastado mas caro de la historia.


En el mundo de las subastas de automóviles creo sinceramente que se está produciendo una enorme burbuja de precios que está llevando a algunos coleccionistas a pagar la increíble suma de 16,39 millones de dólares, que es lo que se pagó en 2011 por un prototipo de Ferrari 250 TR. Todo parece que el récord podría romperse en unas pocas semanas con el Mercedes-Benz 540 K von Krieger Special Roadster que tenéis en vuestras pantallas, un fantástico roadster único de pre-guerra.

Producido en 1936 con un carrozado modificado diseñado por Hermann Ahrens, este increíble deportivo de super-lujo perteneció a la familia real prusiana, en concreto a la baronesa Gisela von Krieger. Tuvo el buen tino de enviar el coche a Suiza al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, lo que lo salvó de ser destruido o robado, como otro sonado caso de un Mercedes 500 K. Tras algunos años terminó en Estados Unidos, donde la baronesa fijó su residencia permanente tras el conflicto.


Residiendo en Greenwich (Connecticut), la baronesa solía ser vista conduciendo su flamante Mercedes. Realmente residía en Nueva York, pero solía escaparse a Greenwich, donde podía conducir su Special Roadster con tranquilidad. Tras la muerte de su madre y su hermano la baronesa se mudó a Suiza de nuevo, donde vivió como una reclusa hasta su muerte en 1989. Su Mercedes no la acompañó de vuelta a Europa. Simplemente permaneció 40 años aparcado en un garaje, sin moverse.

Un coleccionista compró el coche – una cápsula del tiempo, aún con colillas en el cenicero y mapas de la época – y lo restauró a condición de concurso. Por tanto, ahora quiere sacar un buen beneficio vendiendo uno de los Mercedes más bonitos de la historia en la Gooding & Company’s 2012 Pebble Beach Auctions, los días 18 y 19 de agosto. Bajo el capó del Mercedes 540 K había un motor 5.4 sobrealimentado, con 8 cilindros en línea y la capacidad de generar unos cuantiosos 180 CV de potencia.


Nos puede parecer poco, pero hablamos de hace casi 80 años, cuando un coche de calle apenas superaba los 30 o 40 CV en la mayor parte de casos. Realmente era un coche tan exclusivo como un Bentley o un Rolls-Royce en su época, y es de esperar que por la historia de esta unidad, su precio final supere los 17 millones de dólares. Eso equivale a unos 14 millones de euros, más de 2.000 millones de las antiguas pesetas. Una cifra que realmente resulta difícil de imaginar.

Phantom Corsair, una obra maestra inédita de los años 30


Rust Heinz era un joven emprendedor, heredero de la familia Heinz, propietaria de una de las marcas de comida más conocidas en Estados Unidos y parte del mundo. A finales de los años 30 el emprendedor decidió aventurarse en la producción de un vehículo de lujo que dejase a todos con la boca abierta. Así, ideó elPhantom Corsair, del que sólo existe una unidad producida en todo el mundo. En una época en la que un coche estándar no llegaba a los 1.000$, Heinz estableció un precio de 15.000$.

Tras producir un modelo a escala, Rust Heinz acudió a los carroceros californianos Chistian Bohman y Marice Schwartz, cuya tarea era producir un prototipo. El coche empleado como base era un Cord 812, con un complejo subchasis, motor V8 y tracción delantera. La carrocería fue construida íntegramente en aluminio, con refuerzos internos tubulares. Al ser los pasos de rueda cubiertos un requerimiento de diseño la carrocería hubo de ser ensanchada de manera generosa.

Este coupé de superlujo pintado en color negro tenía un aspecto amenazador. Sería un coche digno de Darth Vader si Star Wars hubiese tenido una ambientación Art Decó. El frontal tenía un capó con entradas de ventilación abundantes y unos faros que parecían inspirados en los ojos de un pez. El parabrisas era muy pequeño y estaba partido en dos. En general la superficie acristalada del coche era muy pequeña, lo que contribuía sin duda a otorgar al coche un aspecto poderosamente siniestro.

Era capaz de albergar en su interior a seis pasajeros y su instrumentación estaba inspirada en la aeronáutica, incluso con paneles de botones colocados en el techo. El aislamiento del coche era sobresaliente, con una contundente capa de corcho y goma colocada entre carrocería y habitáculo. Con todo, el coche pesaba más de dos toneladas, por lo que el motor 4.7 Lycoming V8 aumentó su potencia desde los 115 CV de fábrica hasta unos interesantes 190 CV.

Gracias a una aerodinámica de ensueño, era capaz de alcanzar los 185 km/h, una velocidad terrorífica para los años 30 del pasado siglo. Tenía dirección asistida, suspensión neumática y un novedoso sistema de climatización integral. No era un coche exento de problemas: la fiabilidad era escasa y la colocación del motor impedía una refrigeración óptima, por lo que al coche le daban “calentones” frecuentes. El prototipo tuvo un coste de producción de 24.000$, una auténtica fortuna.

Era hora de comenzar la promoción comercial del coche, que no tuvo éxito alguno. Apareció en un anuncio a página completa en Esquire Magazine, fue el coche del protagonista en una película de David O. Selznick y apareción en Popular Science, además de un stand en la World Fair de 1938. Con todo, era un diseñodemasiado adelantado a unos tiempos que preferían un lujo más tradicional. Ha sido completamente restaurado y ya ha ganado varios concursos de elegancia.

Aston Martin DB5


Varios son los fabricantes automovilísticos típicamente británicos. Mini, Jaguar, Land Rover… y por supuesto,Aston Martin, quizás la joya de la corona de los deportivos ingleses. Asociado indefectiblemente al agente 007, muchas han sido las figuras británicas que han conducido un Aston Martin. Realmente, y aparte de la Reina Isabel, el Big Ben o el five o´clock tea (y ya paro con los tópicos), ¿hay algo más puramente british que la elegancia de un Aston Martin?

Pues probablemente sí, ¡The Beatles! Iconos británicos que exportaron su cultura y su música por todo el mundo, más allá de fronteras, los McCartney, Lennon, Harrison y Starr no dejan de estar de actualidad, por muchos años que pasen. Y, en este caso en particular, se unen Aston Martin y The Beatles (o más concretamente, Paul McCartney en particular) dando forma a un Aston Martin DB5 con una impagable historia a sus espaldas.


Precisamente el Aston Martin DB5 es uno de esos clásicos con mayúsculas, y quizás si tuviésemos que escoger un único modelo en toda la historia de la marca británica, muchos elegirían este. También es todo un emblema para muchas películas de James Bond, como “Goldfinger”. Con motor Tadek Marek de seis cilindros en línea, 3.995 centímetros cúbicos y 280 CV, esta unidad, con número de chasis DB5/1653/R, fue comprada nueva por el propio Paul McCartney en 1964.

1964 sería también un año importante para los propios Beatles y de mucho éxito. De hecho, Macca compraría el coche semanas antes de iniciar una gira mundial en verano de ese mismo año y de publicar “A Hard Day´s Night”, aunque la entrega de este Aston no se produciría hasta el 22 de Septiembre


Con interior tapizado en cuero negro, no cabe duda que este coche es todo un ejemplo de elegancia atemporal. Además, contaba con las llantas multirradio cromadas, muy típicas de los deportivos de la época, amortiguadores Armstrong Selectaride, radio Motorola o un equipo de sonido Philips Auto-Mignon de lujo, toda una rareza en la época.

Realmente, este DB5 fue el primer Aston que poseería el bajista de los Beatles (posteriormente adquiriría un DB6), y lo conduciría durante seis años, hasta 1970, año en el que lo vendió. Después esta unidad cambiaría de manos un par de veces más, en 1983 y 1996, hasta el año 2002, cuando fue adquirido por un coleccionista británico que, dado su valor histórico, se decidió a restaurarlo completamente conforme a sus especificaciones originales, incluyendo su exterior en color “Sierra Blue”, interior o partes de su motor.


RM Auctions subastará este Aston Martin DB5 1653/R en Londres, y con la historia que tiene detrás, se espera que alcance una cotización bastante elevada, entre los 375.000 euros y los 475.000 euros.

Maserati Ghibli I (1967-1973): el “Daytona” de Maserati


Allá por los años 60, Ferrari, Maserati y Lamborghini estaban enzarzados en una bonita lucha y poca duda nos cabe de que por aquel entonces el Maserati Ghibli era uno de los rivales a batir por el Ferrari Daytona (365 GTB/4). El Ghibli de Giorgetto Giugiaro era toda una belleza automovilística con su frontal alargado, zaga tipo fastback y un potente motor de ocho cilindros en uve. No es de extrañar que desde entonces se convirtiera en uno de los automóviles más populares, rentables y deseados de toda la historia de Maserati. Se llegaron a fabricar tantas unidades como las que puso sobre la carretera su entonces rival, y ahora marca hermanada, Ferrari con el modelo Daytona.

Pero aquel Maserati Ghibli jamás contó con una carrocería con más de dos puertas. Inicialmente se concibió como un coupé para más tarde proceder a la venta de una pequeña tirada de descapotables.

Hoy en día es un clásico bien cotizado, como cualquier Maserati de la época. Pero para lo que representa y si lo comparamos con un Ferrari Daytona (que Spyder supera fácilmente el millón de euros), el Maserati Ghibli es relativamente económico. En los últimos meses según información de RM Auctions se han subastado algunas unidades en un estado impecable, como las que ilustran en este artículo, por algo más de 100.000 euros (200.000 euros si hablamos del Spyder).

Mercedes 300 SL


Hay cosas que nunca deberían suceder. Una preparación con aires modernos para el Mercedes 300 SL es una de ellas. Hemos visto ya varios ejemplos, que recordamos con una punzada de dolor en el corazón. Incluso hemos tenido que presenciar la lenta decadencia de un 300 SL abandonado en Japón. Hoy, volvemos a sufrir. La preparación que nos presenta Atelier Valdeig es el equivalente artístico a pintarle un bigote a la “Mona Lisa”. ¿Por qué dar un aire moderno y deportivo a una de las maravillas del diseño automovilístico de todos los tiempos?

Como podemos observar en las imágenes suministradas por el preparador, el frontal del coche es la parte que menos cambios sufre, a excepción de la inexplicable supresión del emblema de Mercedes-Benz. La cosa cambia cuando advertimos que todo el coche ha sido ensanchado de manera notable, anulando el precioso juego estilístico de los pasos de rueda. De perfil parece que han intentado convertir al 300 SLRoadster en un Chevrolet Corvette de primera generación. Además, han instalado llantas modernas de grandes dimensiones. No sé por dónde empezar.


Dos gigantescos tubos de escape emanan de las estriberas, como si de un Dodge Viper o un Shelby Mustang se tratase. No encaja, se mire como se mire. Como consecuencia del ensanchamiento del coche, la zaga también recibe un rediseño notable que reduce la personalidad del 300 SL. En cuanto al motor, Atelier Valdeig no ha dado detalles. Confiamos en que el brillante 3.0 L6 - el primer motor en tener inyección directa, en 1954 – de 215 CV se mantenga intacto, y no hayan caído en reemplazarlo por un ocho cilindros moderno.No sería la primera vez.

Tras los jarros de agua fría que os estoy echando, llegan las buenas noticias. Y las noticias son que por suerte, Atelier sólo ha mostrado recreaciones, por lo que creemos que no han tenido aún un solo cliente. Desde luego, quien posea un clásico tan valioso como un Mercedes 300 SL Roadster es libre de instalar un kit similar, pero estaría pervirtiendo de manera flagrante el espíritu de una de las máquinas con más personalidad jamás creadas. Para mí de serie por favor, y si no es mucho pedir, en color rojo.