Esta versión del Mustang con motor small-block 4.7 V8 permitía a cualquiera disponer de un vehículo preparado para la competición a un coste asequible. No obstante, era un coche poco refinado, biplaza y rudo en el día a día. Shelby lanzó en 1967 el Cobra GT500, un verdadero Mustang de altas prestaciones: un Gran Turismo con suficiente refinamiento y comodidad, pero capaz de morder con colmillos envenenados a todo el que dudase de sus prestaciones. Los cambios efectuados sobre su base – un Mustang GT - eran muy abundantes y de calado, pero discretos.
Comenzando por su estética, que convirtió en icónicas las dos franjas horizontales que atravesaban longitudinalmente su carrocería, un capó con dos prominente tomas de aire o el discreto emblema en la parte baja de las puertas. La verdadera fiesta estaba bajo el capó, donde vivía un big-block 428 “Cop-Motor”: un motor V8 de siete litros diseñado por Ford para las fuerzas policiales, cuya evolución llegaría a las calles bajo el nombre de 428 Cobra Jet. Desarrollaba de serie unos conservadores 335 CV: para evitar primas de seguro exageradas Shelby anunció que el motor no alteraba su potencia, a pesar de sus modificaciones.
on su doble carburadores de cuatro cuerpos, la admisión de un motor de competición y colectores de escape modificados – entre otros cambios – Shelby declaraba 355 CV para su motor. La cifra real se estima en unos 410 CV, que pasaban sin adulterar a un nervioso tren trasero de eje rígido mediante una caja manual de cuatro marchas o una automática de tres relaciones. El aire acondicionado, la tapicería de cuero o la dirección asistida era de serie, y su jaula antivuelco estaba forrada y acolchada. Lo que no debería llevar a engaños: esta serpiente mordía pero en apariencia, era otro Mustang GT más, discreto y elegante.
El concepto de Gran Turismo americano fue posiblemente inaugurado con el GT500, que tuvo dos hermanos llamados GT500 “King of The Road” y GT500 Super Snake. El primero fue la evolución del GT500 original, y arrebató a Chevrolet una denominación que pretendía usar en el Camaro y hacía uso de un motor 428 Cobra Jet debidamente modificado – evolución del 428 “Cop-Motor” delGT500 - y una estética más agresiva. El GT500 Super Snake empleaba un motor 427 de 7,0 litros – el mismo del mítico Ford GT40 - un bloque de aluminio que sobrepasaba los 500 CV. Sólo se construyó una unidad, cuyo precio superó los tres millones de dólares en subasta.
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